Hijos del agobioes el segundo álbum del grupo español Triana, lanzado en 1977 por Movieplay. El álbum contó con una promoción prácticamente nula, como pasó con el álbum debut, "El patio"; aún así superó las ventas de su antecesor, vendiendo 100.000 copias en tres meses.
elportaldelmetalHijos del agobio, con aplastante comienzo de la canción homónima que abre el disco, todo conduce a la más pura depresión, sin embargo, de entre lamento y lamento brotan por doquier perlas maravillosas llenas de vida. La poesía de Jesús de la Rosa, siempre llena de simbolismo y enigma, es honda y desgarradora.
De las cenizas de este primer tema brota el palpitante Rumor, temazo entre temazos, auténtica biblia de la ilusión, de la esperanza en el futuro de la humanidad. Toda una foto fija de unos sentimientos nuevos de libertad, inseparable de la situación que los propició y que luego tan rápidamente se esfumó. Sentimientos que viajan con el viento a través de ecos de voces que se clavan en los corazones. Un rumor que se oye por las esquinas, algo que está ahí, que se palpa, que se siente, descrito mediante una melodía desgarrada y maravillosa que cabalga sobre la trepidante y sutil batería de Tele, sin duda uno de los artífices del increíble y peculiar sonido del grupo.
Sentimiento de amor, de nuevo tranquila y pausada, habla de partida, de búsqueda de uno mismo, de encuentro. Otra poesía que se sale por los cuatro costados, una de esas letras que en muy pocas líneas explican mucho con enorme sencillez, que se interiorizan con una claridad que asusta. Por si fuera poco, la música del tema arropa la poesía en una fusión particularmente feliz de lo andaluz con lo psicodélico. Una maravilla.
Aquí llega Tele para cerrar la cara A con sus Rototoms, Moogs y demás juguetes. Recuerdos de Triana es una curiosa instrumental firmada y tocada casi en su totalidad por él mismo, muy en la línea musical de lo que tiene alrededor, y acompañada hacia el final de unas voces desatadas que de hecho aparecen en los créditos como “voces de ambientación y desahogo microfónico”. Libertad sin ira. De nuevo todo refleja el momento mágico de la Transición.
La cara B no baja la guardia. ¡Ya está bien! esta vez utiliza un enfoque más altivo para plantear lo mismo, y se funde gracias a la pulcra producción con Necesito saber, de nuevo más de lo mismo. Búsqueda, pálpito, intuición expresada a través de una música única y maravillosa.
Finalizados estos dos temazos, nos abre sus puertas una interesantísima balada llamada Sr. Troncoso y que, pese a sus simbolismos, sobreentendidos y demás, me atrevería a decir que habla de... lo mismo. Otra vez. Pero no os preocupéis que no os vais a aburrir ni medio segundo. Esta balada, cuyo concepto rítmico es curiosísimo, en principio acompañada sólo de una guitarra española, va viendo aparecer unas lejanas campanas, una segunda voz empastadísima con la principal (la del guitarrista Eduardo Rodríguez), y poco a poco, con un progresivo aumento de velocidad, palmas, guitarra eléctrica... hasta llevarnos a un clímax balsámico, precioso, único como todo lo que hay en este disco tan imposible de comparar con nada.
Cerrando capítulo, un toque de variedad muy especial: Del crepúsculo lento nacerá el rocío, temazo de mucho fondo (como no podía ser de otra manera ya) y largo desarrollo, viene esta vez firmado y cantado por el guitarrista Eduardo Rodríguez Rodway. La letra, absolutamente maravillosa, que me aspen si no habla también en el fondo de la Transición. O al menos se vale de ese mismo fondo que parecía impregnarlo todo para hablar de libertad, de renovación, de futuro esperanzador.
Por dos veces este tema da comienzo con tranquilidad (qué bien empastan siempre los tres instrumentos, sin olvidar que aquí hay también un bajista y otro guitarrista “invitados”), desarrolla con ampulosa voz unos versos -ay, la voz de este señor es mejor, es más fortachona, tan sincera o más... pero no es lo mismo; nada es lo mismo- y poco a poco nos mete en un desarrollo instrumental psicodélico que va ganando cuerpo y nos lleva cada vez más lejos. Para cuando el tema acaba, la cosa se ha salido de madre bastante. Así acaba el disco, de manera inquietante, libre, muy suya.
Los temas son de Jesús de la Rosa Luque, excepto indicación.
Cara A- "Hijos del agobio" - 5:18
- "Rumor" - 3:20
- "Sentimiento de amor" - 5:32
- "Recuerdos de Triana" - 2:50 (J.J Palacios)
- "¡Ya está bien!" - 3:12
- "Necesito" - 4:04
- "Sr. Troncoso" - 3:38
- "Del crepúsculo lento nacerá el rocío" - 5:50 (Eduardo Rodríguez R./Antonio Mata)
- Jesús de la Rosa Luque - voz , teclados y guitarra en "Sr. Troncoso"
- J. J. Palacios "Tele" - batería , percusión y moog en "Recuerdos de Triana"
- Eduardo Rodríguez R - guitarra , voz en "Del crepúsculo lento nacerá el rocío", voces en "Sr. Troncoso" e "Hijos del agobio"
- Antonio García de Diego - guitarra eléctrica
- Manolo Rosa - bajo eléctrico y guitarra española en "Del crepúsculo..."
- Enrique Carmona - introducción guitarra en "Del crepúsculo..."
- Miguel Ángel Iglesias - voces de ambientación y desahogo microfónico en "Recuerdos de Triana"