Cada nuevo lanzamiento de Oasis, y ya van siete, es una oportunidad inmejorable para que partidarios y detractores de la banda alcen la voz y renazcan los tópicos que han rodeado a los hermanos Gallagher, especialmente durante los últimos años. Dig Out Your Soul cumplirá con las expectativas de ambos bandos, porque los de Manchester siguen en gran medida sonando a ellos mismos, aunque en esta ocasión han decidido salir un poco del guión. Los amantes del rock clásico, sin artificios, encontraran en este nuevo álbum los mismos y poco disimulados referentes que el grupo ha arrastrado desde sus inicios (Beatles, Stones, Kinks, Who…), mientras que los que simpatizan poco con él podrán acusarle de seguir sin inventar nada (como si la constante innovación estuviera a la orden del día de las decenas de bandas insustanciales que se ensalzan cada temporada).
Pero después de 15 años de carrera es difícil encontrar una banda cuyo impacto y trascendencia en la música popular sea mayor que el de Oasis a mediados de los 90. Su gran mérito recaló en resucitar el estéril pop británico de principios de la década, a través de la capacidad para adentrase en la conciencia colectiva de la deprimida joven clase trabajadora del Reino Unido, gracias a unas canciones que se convirtieron en himnos autobiográficos para una generación y cuyo éxito es el de poder seguir siendo las experiencias vitales de otras generaciones, diez años después.
Y es que las enérgicas secuencias de electrizantes y casi adictivas canciones que encumbraron a sus primeros dos trabajos Definitely Maybe (1994) y (What's the Story) Morning Glory? (1995) nunca escondieron una simplicidad creativa asociada a composiciones clásicas, alejadas de cualquier intención de artificiosidad, de básico rock’n’roll. “Shakermaker” ya remitía muy directamente a la famosa (por su aparición en un anuncio de Coca-Cola) “I’d Like To Teach The World To Sing” de The New Seekers y “Cigarettes & Alcohol” adoptaba los riffs iniciales de “Get It On” de T-Rex.
Afirmar que Oasis ha grabado su mejor trabajo desde la época dorada del brit-pop es un tópico que se repite después de cada nuevo lanzamiento. Pero Dig Out Your Soul recopila el mejor material escrito por los Gallagher desde el menospreciado Be Here Now (1997), que no cuajó en su momento por sus temas demasiado largos, pero que ha ganado enteros con el paso de los años. Este séptimo disco recupera la contundencia y energías que parecían olvidadas y casi imposibles de recuperar pese a la ligera línea ascendente que supuso Don’t Believe The Truth (2005), tras el giro hacia el sonido envolvente de los Stone Roses de Standing On The Shoulder Of Giants (2000) y el robusto Heathen Chemistry (2002),
El tramo inicial hace resurgir el espíritu melódico de unos Oasis muy lejanos. La rotunda “Bag It Up” da paso a “The Turning”, impactante desde el primer instante por su ritmo frenético, un estribillo de nuevo apto para la euforia generalizada y unos majestuosos coros. Pese al pequeño tropiezo que supone “Waiting For The Rapture” en la que Noel intenta acercarse a la elegancia de “The Importance Of Being Idle”, algo que tampoco consigue en “(Get Off Your) Hight Horse Lady”, “The Shock Of Lightning” cierra un primer ciclo del álbum con renovados aires pop.
Liam vuelve a jugar a ser John Lennon en “I’m Otta Time”, una nueva balada que incluso contiene una entrevista con el músico de Liverpool emitida en 1980 por la BBC en el espacio de Andy Peebles. Pero esta no es ni de lejos la única referencia lennoniana de Dig Out Your Soul que sorprende por una segunda mitad de clara inspiración en la que puede ser la obra culminante de los Beatles, Revolver. Podría considerarse una aberración afirmar que Oasis se aproxima a los parámetros que el cuarteto estableció en 1966 cuando logró reafirmar los conceptos de álbum y unidad artística gracias a su vocación experimentadora, pero el resultado funciona. El juego vocal y de batería de “Falling Donw” remite a “Tomorrow Never Knows”, y tanto “To Be Where There’s Life”, como “Soldier On” contienen infinidad de matices que evocan a los elementos más adhesivos, mágicos y lúcidos pero psicodélicos al mismo tiempo del sucesor de Rubber Soul (1965).
Buen legado de aires familiares deja Zak Starkey, sustituido Chris Sharrock, ex de los malogrados The La’s (una de las bandas más fascinantes de finales de los 80) en un disco en que los hermanos Gallagher han dejado por fin de lado su actitud indolente, a medio camino entre el personaje y la persona, para centrase en su recuperación musical. En Dig Out Your Soul han participado de nuevo activamente Andy Bell y Gem Archer, además de Jay Darlington (Kula Shaker) en los teclados, para confeccionar un trabajo revitalizador y que devuelve el crédito a Oasis.
Y es que las enérgicas secuencias de electrizantes y casi adictivas canciones que encumbraron a sus primeros dos trabajos Definitely Maybe (1994) y (What's the Story) Morning Glory? (1995) nunca escondieron una simplicidad creativa asociada a composiciones clásicas, alejadas de cualquier intención de artificiosidad, de básico rock’n’roll. “Shakermaker” ya remitía muy directamente a la famosa (por su aparición en un anuncio de Coca-Cola) “I’d Like To Teach The World To Sing” de The New Seekers y “Cigarettes & Alcohol” adoptaba los riffs iniciales de “Get It On” de T-Rex.
Afirmar que Oasis ha grabado su mejor trabajo desde la época dorada del brit-pop es un tópico que se repite después de cada nuevo lanzamiento. Pero Dig Out Your Soul recopila el mejor material escrito por los Gallagher desde el menospreciado Be Here Now (1997), que no cuajó en su momento por sus temas demasiado largos, pero que ha ganado enteros con el paso de los años. Este séptimo disco recupera la contundencia y energías que parecían olvidadas y casi imposibles de recuperar pese a la ligera línea ascendente que supuso Don’t Believe The Truth (2005), tras el giro hacia el sonido envolvente de los Stone Roses de Standing On The Shoulder Of Giants (2000) y el robusto Heathen Chemistry (2002),
El tramo inicial hace resurgir el espíritu melódico de unos Oasis muy lejanos. La rotunda “Bag It Up” da paso a “The Turning”, impactante desde el primer instante por su ritmo frenético, un estribillo de nuevo apto para la euforia generalizada y unos majestuosos coros. Pese al pequeño tropiezo que supone “Waiting For The Rapture” en la que Noel intenta acercarse a la elegancia de “The Importance Of Being Idle”, algo que tampoco consigue en “(Get Off Your) Hight Horse Lady”, “The Shock Of Lightning” cierra un primer ciclo del álbum con renovados aires pop.
Liam vuelve a jugar a ser John Lennon en “I’m Otta Time”, una nueva balada que incluso contiene una entrevista con el músico de Liverpool emitida en 1980 por la BBC en el espacio de Andy Peebles. Pero esta no es ni de lejos la única referencia lennoniana de Dig Out Your Soul que sorprende por una segunda mitad de clara inspiración en la que puede ser la obra culminante de los Beatles, Revolver. Podría considerarse una aberración afirmar que Oasis se aproxima a los parámetros que el cuarteto estableció en 1966 cuando logró reafirmar los conceptos de álbum y unidad artística gracias a su vocación experimentadora, pero el resultado funciona. El juego vocal y de batería de “Falling Donw” remite a “Tomorrow Never Knows”, y tanto “To Be Where There’s Life”, como “Soldier On” contienen infinidad de matices que evocan a los elementos más adhesivos, mágicos y lúcidos pero psicodélicos al mismo tiempo del sucesor de Rubber Soul (1965).
Buen legado de aires familiares deja Zak Starkey, sustituido Chris Sharrock, ex de los malogrados The La’s (una de las bandas más fascinantes de finales de los 80) en un disco en que los hermanos Gallagher han dejado por fin de lado su actitud indolente, a medio camino entre el personaje y la persona, para centrase en su recuperación musical. En Dig Out Your Soul han participado de nuevo activamente Andy Bell y Gem Archer, además de Jay Darlington (Kula Shaker) en los teclados, para confeccionar un trabajo revitalizador y que devuelve el crédito a Oasis.